En el día de la festividad de San Amador, quiero escribir unas notas, sin más intención que recordar o aclarar algunas cuestiones, que me parecen importantes. Su sencillez es patente y sin ánimo de dogmatizar.
Amador de Tucci es el nombre de nuestro Santo Patrón San Amador, santo y mártir, nacido en Martos, España y que falleció martirizado el 30 de abril del año 855, en Córdoba, España. Es el primer Santo de la diócesis de Jaén, venerado en la Iglesia Católica y cuya festividad se celebra el día 5 de mayo, mes alegre, luminoso, dedicado a la Virgen María. Es el Patrón de su ciudad natal, Martos, en cuyo honor se levantó la Iglesia Parroquial de San Amador y Santa Ana en Martos.
Igualmente es santo de la diócesis de Jaén, el segundo, San Pedro Poveda Castroverde, sacerdote de Linares, Jaén,
martirizado en el año 1936 y canonizado por Juan Pablo II en 2003. Sus reliquias yacen actualmente en el Centro Santa María de los Negrales, de la Institución Teresiana, en la sierra madrileña a 40 kilómetros de Madrid. También, el seminarista Manuel Aranda Espejo está en causa de beatificación, junto a otros sacerdotes y el obispo Don Manuel Basulto Jiménez, por cuya beatificación y una posterior canonización rezo a Dios Padre, que todo lo puede.
Amador fue hijo de padres cristianos y a pesar de que en el siglo IX, Tucci (ahora Martos) estaba bajo el dominio del imperio árabe, conservaban la religión cristiana. Se desconoce el nombre de sus padres, aunque sí se conoce que tuvo hermanos.
Siendo muy joven, Amador fue a Córdoba a estudiar, junto con sus padres y hermanos y su acendrada vocación le permitió ser ordenado sacerdote. Las persecuciones musulmanas, sobre todo de Mahomad I, hijo de Abderramán II, se cebaron en su joven carne por su ardiente amor a Cristo y el 30 de abril del 855 fue martirizado junto a sus dos amigos Luis y Pedro el monje. Sus cuerpos fueron arrojados al Guadalquivir, aunque el de Amador de Tucci no apareció.
Hasta aquí una breve semblanza de la figura de San Amador. No obstante quiero hacer referencia a este hermoso nombre: AMADOR, nacido en nuestra propia lengua. No necesitamos recurrir ni al latín, ni al griego, ni al hebreo, ni al germánico para entender su significado. Según EL ALMANAQUE (santoral), AMADOR es aquel que ama, aquel que se distingue porque en todo lo que hace hay amor, aquel que se caracteriza por cultivar la más excelsa virtud, la que más en positivo distingue a la especie humana de los demás animales.
En torno a este don extraordinario se han formado, también, otros nombres: Amancio, Amando, Amor, Amable y el compuesto Amadeo. En versión griega tenemos Teófilo, con el mismo significado que Amadeo (el que ama a Dios o el amado de Dios); Agapito, Erasmo, Erasma, Erasto, Filomena y Filomeno con los significados de Amado y Amada.
No quiero terminar este trabajo sin hacer referencia al artículo que se publicó en www.martosaldia.es el día 5 de mayo de 2011, del que soy autor, para recordar dos de los comentarios que se hicieron al hilo del mencionado artículo:
Con el seudónimo VIVA SAN AMADOR BENDITO. Se dice textualmente: “Me gustaría que algún día se publicara un libro como el de la Virgen de la Villa, pero de San Amador”.
Con el seudónimo VIVA SAN AMADOR. Se dice: “ Como apuntan más arriba sería estupendo contar con un libro dedicado a nuestro santo patrón”.
La respuesta al deseo de los autores de estos comentarios me parece que está en un libro, que mucha gente devota de nuestro Patrón tiene, como yo lo tengo (también hay mucha que no lo conoce): MI PATRÓN. Año Amadorista. 22 de enero de 2005 a 21 de enero de 2006. Creo que el mismo puede cumplir las expectativas de todos aquellos, que quieren saber mucho más de San Amador.
Así se expresa en la presentación de este libro al que remito a estos dos señores y a todos aquellos interesados en una serie de datos, informes, curiosidades, fotografías, vivencias y otras muchas noticias que pueden servir de verdadero archivo de la historia de la Cofradía de nuestro Patrón. La Comisión Organizadora de los Actos Conmemorativos del MCL Aniversario del Martirio de San Amador se ponen en contacto con los hermanos y hermanas de la Muy Noble e Ilustre Cofradía de San Amador para la celebración del llamado AÑO AMADORISTA. Desde enero de 2005 a enero de 2006, se editó el boletín MI PATRÓN en su segunda fase (antes fue editado en 1955, durante cinco meses, para celebrar el centenario y cuya Alma Mater fue el reverendo padre Alejandro Recio).
Fueron trece entregas, trece boletines, y al final, gracias al esfuerzo, al trabajo y al sacrificio de muchas personas, pudo editarse el libro al que me refiero con sus cerca de doscientas páginas y las plumas más eruditas en los artículos, noticias y comentarios. Hermosas y puntuales fotografías y todo un índice de acontecimientos, que son la vida primorosa de la Cofradía. Hay que felicitar, con la perspectiva de siete años, a todos los que han participado en la realización: ilustradores, fotógrafos, diseñadores, colaboradores literarios, coordinador de las colaboraciones publicitarias, Amador Huesa y sobre todo a los coordinadores y redactores de los boletines, Miguel Ángel Cruz y Antonio Moncayo.
La Junta de Gobierno de la Muy Noble e Ilustre Cofradía de San Amador dice al final de la presentación del libro: “Por ultimo, sólo nos queda decir que han sido dos años de trabajo los que se han realizado para celebrar este AÑO AMADORISTA. Esperamos que haya sido para mayor gloria de nuestro Santo Patrón, y que hayamos dado a conocer un poco más su testimonio de Fe, la de un joven tuccitano del siglo IX”.
Sólo me queda, una vez hechas todas estas puntualizaciones, desearos un feliz día de San Amador.
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Francisco Teva Jiménez
Maestro / Lic. en Derecho
la opinión pública, desde los dos últimos años del Ejecutivo de Zapatero. Pero claro, con unas elecciones que se avecinaban, la decisión de recortar gastos, con perjuicio de perder cantidades de votos, era conveniente no ponerla en práctica; no obstante no faltar dentro de aquel equipo gubernamental voces que, repito, ya estaban lanzando globos sonda por si acaso las elecciones del 20-N les eran favorables a los socialistas. Y en este sentido Carlos Ocaña, el entonces secretario de estado de Hacienda y Presupuestos, era de la opinión de que las prioridades que el Gobierno tenía al respecto eran las de unas reformas idóneas para volver cuanto antes al crecimiento económico.
