LA TUMBA DE UNA FUENTE MILENARIA
En la época ibérica, cuando Martos se conocía con el nombre de Tucci, su núcleo urbano central se asentaba en la zona y alrededores donde hoy está la plaza de la Constitución. Aunque su tendencia de crecimiento al amparo de la Peña, era hacia el sur, es decir, hacia lo que hoy conocemos como la plaza del Llanete, también y siempre al lado de la Peña, se expandía hacia el norte, o sea, la zona actual de la plaza de la Fuente de la Villa. Concretamente en esta zona, que coincide con la parte baja de la Peña, hay una referencia histórica a una FUENTE muy caudalosa, que nacía de las entrañas de la Peña, de agua muy fría y suave. Y por ser tan fría y tener propiedades medicinales, deshacía las piedras del riñón, curaba el dolor de la ijada y las enfermedades de la vejiga. Según la leyenda, nuestros antepasados así lo aseguraban por propia experiencia.
A medida que la ciudad fue creciendo, primero en la época romana, después casi destruida y reconstruida en las mismas épocas visigoda y musulmana; esta importantísima fuente de la ciudad o villa, siempre fue respetada, incluso ampliada, revalorizada arquitectónicamente y acondicionada a las necesidades del momento.
Yo la conocí como una gran fuente y abrevadero, construida con materiales nobles, posiblemente de autor no muy famoso, pero seguro que un extraordinario profesional, por la calidad de su obra. (Agradecería la aportación de algunas fotos).
La citada fuente tenía un frontal construido con un muro de piedra formado por sillares regulares, que también servía como elemento de contención del pavimento de la plaza antigua que estaba a una cota superior de los ocho caños de latón fundido que tenía la fuente. Estos caños estaban empotrados en la parte baja del citado frontal, saliendo de los mismos un abundante chorro de agua muy fría. En la parte baja de la salida del agua había un pavimento o plataforma formada por grandes losas de piedra arenisca. Cada caño tenía una pequeña pila construida también de piedra, y comunicada por su fondo con un largo y amplio pilar-abrevadero construido con piedras muy bien labradas. Delante del mismo, había una gran explanada con pavimento empedrado, donde se alternaban las diferentes caballerías con manadas de ovejas y cabras.
A la referida plataforma situada frente a los citados caños, se accedía por un lado a través de unas escaleras, y por el otro conectaba directamente con el pavimento de la plaza. Esta plataforma estaba destinada al uso de las personas, que diariamente acudían a llenar sus cántaros y demás recipientes, Esta plataforma peatonal estaba protegida de la posible caída al pilar-abrevadero con una artística reja de forja de la época.
Esta milenaria e histórica FUENTE-ABREVADERO que resistió épocas de vandálica destrucción, ha perecido frente a la era actual, altamente materialista, que desprecia lo no rentable, independientemente del valor cultural que tenga. Por esto, a nuestra viejecita y robusta FUENTE, un día decidieron sepultarla porque creyeron que ya no servía para nada. Y además, el entierro más barato que se merecía según los facultativos del momento, era aprovechar el terraplenado de la base de la nueva plaza o rotonda, y dejarla enterrada allí mismo, mientras un día más, de los miles de su existencia la calentaba el sol.
Yo propondría rebautizar esta nueva plaza de la Fuente de la Villa, llamándola la plaza de la Tumba de la Fuente de la Villa.
